¿Qué estados de México estarán más expuestos esta temporada de huracanes 2025?

México inicia su temporada de huracanes 2025 entre pronósticos y riesgos latentes. Conoce qué estados están más expuestos y qué tan vulnerables son a estos fenómenos atmosféricos.

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Los ciclones tropicales provocan las mayores pérdidas económicas entre los fenómenos naturales que afectan a México.

Estamos a horas de que inicie oficialmente la temporada de huracanes 2025 en el Pacífico. Un año que, según predicciones de la CONAGUA, podría traer entre 16 y 20 ciclones tropicales desde el Pacífico y de 13 a 17 en el Atlántico. Los nombres fueron elegidos, El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) definió fase neutra, y está listo el escenario para el desfile ciclónico.

La temporada de huracanes inicia el 15 de mayo en el Pacífico y el 1 de junio en el Atlántico, concluyendo ambas el 30 de noviembre.

Los ciclones tropicales nacen sobre el océano, y se considera que tocan tierra cuando su centro (el ojo) llega al continente. Sin embargo, los vientos intensos, las bandas de nubes y las lluvias fuertes se extienden cientos de kilómetros desde su centro. Incluso sin un impacto directo, su cercanía a la costa representa una amenaza latente.

Así que... hablemos de vulnerabilidad. Pero, ¡OJO!, dejemos algo claro: los ciclones tropicales no son solo vientos huracanados. Los peligros asociados a un ciclón tropical incluyen también lluvias torrenciales, marejada ciclónica, deslaves, inundaciones súbitas; fenómenos que pueden ser igual o incluso más letales.

Aunque la escala para categorizarlos (Saffir-Simpson) se base en vientos, reducirlos a eso es subestimarlos. A unas horas de que el reloj atmosférico active su alarma ciclónica anual, veamos qué tan vulnerable es México y qué estados están más expuestos a estos fenómenos.

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Vista aérea de la zona afectada por el Huracán John, en septiembre de 2024, en Acapulco, Guerrero. Imagen tomada de El Universal

¿Vulnerables?

Este 15 de mayo, mientras el Pacífico respira en fase neutra, México vuelve su vista al mar, expectante. Un huracán pone a prueba los límites de las velocidades del viento... y de nuestras políticas de prevención. Ni todos los estados enfrentan el mismo nivel de riesgo, ni la vulnerabilidad se mide en latitudes.

La vulnerabilidad, según la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de Naciones Unidas (UNISDR), se refiere a las condiciones físicas, sociales y económicas que determinan la susceptibilidad de una comunidad, sistema o infraestructura a los impactos de una amenaza

Con vulnerabilidad hablamos del grado de fragilidad en las viviendas, la organización y marginación social, el desarrollo político-institucional, las condiciones socioeconómicas y la capacidad para enfrentar una amenaza, ya sea natural o antrópica, de una comunidad.

Dicho en otras palabras: vulnerabilidad es la combinación de circunstancias que hace que una población esté más expuesta y menos preparada para enfrentar un fenómeno, como un ciclón tropical. Y aquí, el fatalismo geográfico también juega su papel.

La combinación de una alta vulnerabilidad y amenazas naturales es lo que conduce a los desastres.

Los estados costeros están en la primera línea ante el peligro. Mientras, el centro del país observa desde la altura, resguardado —al menos en parte— tras las laderas montañosas. Las sierras madres son barreras naturales que debilitan los vientos y la circulación de un ciclón, desorganizándolo. Mientras, en topografía plana, los vientos dan rienda suelta a su poder.

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Estadísticas de los ciclones tropicales que afectaron México hasta 2023.

Los más expuestos

La mayoría de los ciclones que afectan México provienen del Pacífico; aunque el Atlántico ha registrado más huracanes mayores (categoría 3-5 de la escala Saffir-Simpson). En general, el país es impactado por depresiones, tormentas o huracanes categoría 1-2. Y aunque sus vientos no son los más intensos, las lluvias asociadas provocan las mayores pérdidas económicas y sociales.

En promedio, los ciclones tropicales representan el 86.5 % del costo anual de los desastres en México, y el principal peligro son las lluvias extremas que producen.

El 48.8 % de los municipios mexicanos están en condiciones de pobreza, y es ahí donde ocurren comúnmente los desastres, especialmente en el sur del país. Pero aunado a las lluvias, el deterioro de las cuencas hidrográficas, la deforestación y la degradación ambiental aumentan la vulnerabilidad.

En la cuenca del Pacífico, dada la mayor frecuencia de impacto y una topografía propensa a deslaves, los estados más expuestos son Baja California Sur, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero y Oaxaca. Mientras, del lado del Golfo y el Caribe, los estados de la península de Yucatán, unidos a Veracruz y Tamaulipas, se llevan la mayor atención.

Según un estudio del 2021, la lluvia extrema asociada al paso de ciclones tropicales está aumentando en Chiapas, Tabasco, el sur de Veracruz, la península de Yucatán y el noroeste del país. ¿Y si consideramos al ENOS? En condiciones neutrales, aumenta la probabilidad de ocurrencia de lluvias extremas en Baja California Sur, así como el riesgo en las regiones noroeste y centro-oeste.

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El Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales (SIAT-CT) opera en México desde el 2000, compuesto de cuatro etapas: aviso, prevención, preparación y alerta.

Preparados y alertas

La temporada de huracanes es también una temporada de responsabilidad compartida. La existencia sola de un fenómeno peligroso no determina un desastre, la vulnerabilidad local marca la diferencia. Es crucial la información oportuna, mayor capacidad de respuesta, mejor percepción pública del riesgo y una comunicación efectiva entre tomadores de decisiones y la población.

Los ciclones tropicales se esperan cada vez más intensos en el futuro, así que apostemos por un México, y un mundo, más resiliente. El cielo avisa: aprendamos a escuchar.

Referencias de la nota:

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